Compendio armónico de voces múltiples
y todo aquello que hay que evitar para ser un coro
Diccionario de equidad, diversidad e inclusión
y todo aquello que hay que evitar para ser un coro
Diccionario de equidad, diversidad e inclusión
y todo aquello que hay que evitar para ser un coro
Diccionario de equidad, diversidad e inclusión
A mediados de los 60 la bióloga Lynn Margulis publicó un artículo que pondría de cabeza todo lo que hasta entonces sabíamos como humanidad sobre la evolución. Según su investigación, era posible que el origen de la célula eucariota (y a partir de allí, el origen posterior de todos los organismos pluricelulares) no se debiera, como se había creído hasta entonces, a un proceso de especialización de un individuo, sino a un proceso de simbiosis, de ayuda entre dos células procariotas que colaboraron para dar paso a la vida como la conocemos. La hipótesis de Margulis, que con los años ganó en matices y en profundidad, señalaba algo que la historia de las comunidades humanas no cesa de recordarnos: necesitamos de los y las demás para vivir sobre la Tierra.
Este recordatorio biológico se extiende de la célula a los organismos, de los organismos a los ecosistemas, y, en el ámbito de lo humano, de los ecosistemas a las sociedades. La vida, para abrirse paso, necesita de la colaboración y la confianza, aspectos más o menos evidentes, pero también necesita de la diferencia, de la diversidad. Colaborar sólo entre similares no genera la misma riqueza creadora de oportunidades que colaborar entre diversidades. Un monocultivo agota la tierra donde la variedad de sembrado renueva los lazos
de las raíces y sostiene la fertilidad. Es la diversidad humana, las diferencias múltiples, los cambios constantes de nuestras identidades, donde se composta el sustrato que permite echar raíces a los futuros posibles.
Sin embargo, lo diferente puede generar espacios de incomprensión. La misma riqueza que propone lenguajes nuevos requiere de esfuerzo para encontrar puntos comunes, para establecer diálogos fructíferos, para componer melodías donde cada tono armonice.
Este diccionario busca acercarnos a una terminología que nos ayude a mirar la diversidad contemporánea desde su riqueza; un esfuerzo por señalar la importancia de las distintas voces que, siendo nombradas, pueden ayudarnos a nombrar mejor el presente.
Una posibilidad para señalar la de importancia de hablar de la diversidad como paso para trabajar por la inclusión, y para que, aprovechando la riqueza fértil de la diferencia, sembremos en colectivo.
30 Lesbiana
30 Libertad de expresión y pensamiento
31 Machismo
32 Neurodiversidad y Neurodivergencia
33 Orientación sexual
34 Pansexual
34 Pertenencia étnica
35 Pluralismo
36 Queer
37 Raza
37 Racismo
38 Sexo biológico
39 Sordoceguera
39 Suelos pegajosos
40 Techo de cristal
41 Transexual
41 Transfobia
47 Xenofobia L M N O P Q R S T V X
42 Transgénero
42 Travesti
43 Violencia basada en género
44 Violencia contra la mujer
44 Violencia económica o patrimonial
45 Violencia física
45 Violencia psicológica
46 Violencia sexual
La definición de aporofobia suele presentarse en términos de miedo a la pobreza, sin embargo, una definición más precisa debería señalar que se trata de una actitud de rechazo y desprecio hacia las personas en situación de pobreza o hacia quienes parecen estarlo. En la aporofobia las personas desamparadas son excluidas pues aparentemente no pueden devolver nada en la interacción social, nada bueno, por lo menos. Como las fobias contenidas en este diccionario, la aporofobia tiene expresiones cotidianas, quizás la más común sea esa idea de que el pobre es pobre porque quiere.
Para las personas asexuales no sólo no todo en la vida es sexo, sino que el sexo es una parte mínima, diminuta, insignificante de la vida. El término hace referencia a aquellas personas que no sienten atracción sexual, lo que no implica que no puedan o quieran establecer vínculos afectivos, físicos y emocionales con otras personas. Después de todo la cercanía, el cuerpo, el construir en conjunto, y la compañía siguen existiendo más allá del deseo físico.
La bifobia tiene un profundo sesgo de elección: como si todo en la vida tuviese que optar por a o por b y no existiese la posibilidad de elegir ambas cosas, o ninguna. La bifobia habla del rechazo y la discriminación hacia las personas bisexuales. No sólo se expresa en palabras o actos violentos, lo hace, también, en la cotidiana confrontación de preguntarle a alguien bisexual si es un poquito más homosexual o un poquito más heterosexual, es decir, en la cotidiana confrontación de negar que la inclinación sexual no es un examen de selección única.
¿Te has medido alguna vez un jean que parece justo diseñado para ti? ¿O leído un libro que parece escrito con tu nombre por destinatario? ¿O habitado una casa que es perfecta para tu vida? Esa es la relación que las personas cisgénero tienen con su sexo biológico, la directa correspondencia entre el sexo asignado al nacer y sus vivencias e identidad de género. Un hombre cisgénero, por ejemplo, habrá nacido con pene y se identificará como hombre; una mujer cisgénero, con vulva y se identificará como mujer. Para una parte importante de la población, la experiencia cisgénero es la narrativa desde donde pueden preguntarse e interpretar el mundo, reconociendo que esa correspondencia y concordancia que sienten hace parte de la búsqueda de otras personas.
En el centro del centro de cada persona hay un algo innegociable, inalterable, e imperecedero que le convierte en quien es como individuo y que le hace parte de la comunidad humana, como especie. La dignidad humana es la facultad que tiene cualquiera de exigir un trato acorde, en respeto e igualdad, con ese centro inefable de su condición humana.
La discapacidad es una suma entre las deficiencias que puede tener una persona y las barreras que encuentra en sociedad y que le impiden, debido a su condición, una participación plena y efectiva, en igualdad de condiciones con las demás. En este sentido no es la discapacidad que alguien tenga una deficiencia corporal, sino que aparece la discapacidad cuando ese alguien debe enfrentarse a un entorno que no le proporciona elementos y herramientas para habitarlo. En Colombia la discapacidad se ha caracterizado en siete tipos: física, auditiva, visual, sordoceguera, intelectual, psicosocial y múltiple.
Aquí el reto es afinar mensajes para que no requieran ser escuchados para ser comprendidos, y que de esa manera puedan conectar con personas que de forma permanente presentan afectaciones en la percepción de los sonidos. En la discapacidad auditiva se encuentran las personas sordas y a las personas con hipoacusia, quienes a pesar de oír algo no lo hacen con la claridad necesaria. La discapacidad auditiva nos pone frente al reto de componer melodías que puedan sentirse o verse.
Aquí el reto es comprender que el intelecto es una de las capacidades humanas, y que ponerlo en el centro absoluto de una comunidad puede dejar por fuera a quienes, por deficiencias congénitas o adquiridas, han visto afectadas sus capacidades intelectuales (razonamiento, resolución de problemas, planificación, pensamiento abstracto, aprendizaje, etcétera).
Las personas con discapacidad intelectual se enfrentan a barreras que dificultan su independencia, ya de por sí compleja debido a cada circunstancia, en uno o varios aspectos de la vida cotidiana. La discapacidad intelectual plantea el desafío de asumir la sencillez como premisa del diseño de las prácticas que nos permiten existir autónomamente.
Aquí el reto es crear caminos que puedan ser transitados por personas que presentan, de forma permanente, limitaciones en su movilidad, ya sean de origen genético o por lesiones de tipo muscular, esquelético, o neurológico. La discapacidad física se enfrenta a las barreras que como sociedad permitimos cuando creemos que para cualquiera es posible escalar el Aconcagua.
Cuando dos o más tipos de discapacidades entran a afectar significativamente a una persona. No se trata de sumar la cantidad de características, sino la forma particular como las discapacidades interactúan. El reto es encontrar maneras puntuales para que cada persona con discapacidad múltiple pueda encontrar entornos que faciliten su integración a la sociedad y la vivencia plena de su dignidad humana.
Aquí el reto es la comprensión de que para algunas personas la experiencia del mundo puede ser desbordante y requiere, en ocasiones, pausa, compañía, silencio, espacio, para de esa manera poder sumar a quienes, desde diversos estilos de procesamiento que inciden en las percepciones, el pensamiento, las emociones, los sentimientos y comportamientos, quieren participar de las dinámicas de la sociedad. La discapacidad psicosocial, de acuerdo con la intensidad y a la afectación funcional, lleva a preguntarnos por escenarios de intercambio donde otras formas de existir enriquezcan la comprensión de lo humano y los modos de resolver problemas o encarar situaciones concretas.
Ver: Neurodivergencia Pág.32
Aquí el reto es proyectar en sonidos o en experiencias táctiles las tantísimas imágenes con las que socialmente convivimos, para que de esta manera puedan llegar a las personas que viven con deficiencias físicas que no permiten percibir la luz. En la discapacidad visual se encuentran las personas ciegas y quienes tienen baja visión, esto es quienes pese a las gafas o los lentes siguen sin poder ver bien en múltiples circunstancias. La discapacidad visual plantea la necesidad de apalabrar el mundo para narrarlo a quienes de nuestra voz pueden decantar colores.
No mirar, no escuchar, no atender, no sentir, no permitir la entrada, no tener en cuenta, no apoyar, no llamar, no invitar, no acudir, no saludar, no respetar, no reconocer a quien considero, por prejuicio y estereotipo, ajeno a mí. La discriminación es la actitud y los comportamientos que, consciente o inconscientemente, nos llevan a anular, dominar o ignorar a una persona o a un grupo por su diferencia (de edad, género, raza, origen, orientación sexual, etcétera). El resultado de la discriminación es la violación de los derechos.
Es el amplísimo inventario de las diferencias humanas: raza, etnia, género, identidad de género, orientación sexual, edad, clase social, capacidades físicas, sistema de valores, religión, nacionalidad, posturas políticas, y un largo etcétera donde aparecen los gustos, las expresiones culturales, los hobbies, las tradiciones… La diversidad nos permite pensar a las demás personas según sus propias características, complejizarlas para entenderlas (para entendernos), lo que es mejor que imaginarlas en el vacío como si toda la humanidad pudiera resumirse en un solo individuo abstracto.
Está compuesta por las múltiples formas de vivir, pensar, hacer, y expresarse que existen entre las distintas personas que comparten juntas en sociedad. La podemos ver desde la gastronomía hasta la vivencia de lo trascendental, desde la manera de llevar el pelo hasta las expresiones de afecto. La diversidad sociocultural es la pluralidad de identidades y las múltiples expresiones culturales de lo humano que deciden convivir y que mutuamente dialogan y se enriquecen.
Histórica y culturalmente hay roles que según tradición se han atribuido a hombres y otros a mujeres. Esas diferencias hacen que al momento de abordar una problemática se haga necesario pensar en qué desigualdades pueden existir que generen una diferencia en cómo dicho fenómeno afecta a un sexo o al otro. El enfoque de género es la perspectiva que reconoce, identifica y caracteriza esas diferencias para generar acciones y políticas que conduzcan a la efectiva garantía de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Ante la abstracción que simplifica y estandariza, el enfoque diferencial propone la complejidad que reconoce y evalúa las diversidades. Se trata de una perspectiva de análisis que permite pensar sobre grupos con características particulares: edad, orientación sexual, género, identidad de género, pertenencia étnica,
discapacidad, y todas las demás que componen el abanico de lo humano. Pensar a los grupos desde esta caracterización permite visualizar mejor las condiciones específicas de cada uno de ellos, para de esta manera obtener insumos que permitan mejores decisiones institucionales que trabajando por la inclusión nos acerquen a la igualdad.
Si la humanidad no es una abstracción estandarizada (véase: Enfoque diferencial) las personas pocas veces son una sola de sus características diversas. El enfoque interseccional permite el análisis en conjunto de dos o más características diferenciales en una persona (los puntos de intersección entre género y raza, por ejemplo, no es lo mismo pensar en las mujeres indígenas a pensar en las mujeres afro), evaluando cómo esos múltiples factores se manifiestan en un contexto y producen experiencias vitales muy diferentes. El objetivo al pensar desde este entramado es conseguir tejer mejores mecanismos que busquen la inclusión social.
La equidad es el concepto que nos permite comprender que para vivir bien en una sociedad diversa no debemos sencillamente entregar a todas las personas lo mismo, sino entregar a cada quien aquello que necesita para lograr la igualdad de derechos: un trato justo, y mismo acceso y oportunidades. Parte de reconocer que las personas no tienen el mismo punto de partida, y que la circunstancias plantean importantes diferencias que es necesario tener en cuenta. A través de la equidad puede lograrse la igualdad de derechos.
Saltar a conclusiones sin haber leído el libro e incluso sin haber mirado con detenimiento la portada. La estigmatización es el juicio inmediato y generalmente negativo sobre alguien. Su origen suele hallarse en una idea preconcebida, anclada, y no cuestionada previamente, que llegó a la persona por factores culturales que le dictan qué es lo aceptable, y qué debe rechazar. No por inadvertida o inconsciente la estigmatización es menos grave.
Ver: Bifobia
La palabra etnia hace referencia a una comunidad que comparte prácticas culturales específicas. No debe confundirse con la idea de raza (véase: Raza, pág. 37), en la etnia hay diferencias culturales particulares que se anclan a una historia común, a un territorio compartido, a un relato grupal.
Como punto de partida el feminismo es el movimiento que busca la igualdad de géneros (véase: Igualdad de género). Para eso ha planteado, a lo largo de su historia, preguntas y acciones sobre el papel de la mujer en la sociedad; sobre el enfoque interseccional para acercarse a las problemáticas sociales; sobre la necesidad de los cambios estructurales necesarios para poder asegurar la equidad. Emancipador en sus premisas, los feminismos plantean la igualdad de derechos y la posibilidad común de alcanzar una vida plena, superando las taras y la desigualdad asociada a los roles de género sostenidos por el machismo.
Ver: Machismo Pág.31
Un hombre que se siente atraído por otros hombres.
Como el agua que modifica en sus ciclos su estado, pero agua permanece, el género fluido hace referencia a aquellas personas cuya identidad de género se mueve entre el espectro de lo masculino y lo femenino, sin que ninguna de esas dos opciones sea definitiva o perenne. Según el ciclo, el escenario, el contexto y la voluntad irá cambiando, fluyendo, para ser quien se es con todos los meandros, los rápidos, los remansos.
Si un péndulo imaginario oscilara entre un punto correspondiente al macho / hombre / masculino y otro punto correspondiente a la hembra / mujer / femenino, el movimiento del péndulo entre ambos (y por fuera de ambos) apuntaría al género no binario. Es el espectro de identidades de género que no asumen como únicas posibilidades los dos puntos mencionados anteriormente, y que crea su identidad en la gama, en la mezcla.
Ver: Género fluido Queer
Es la construcción social y cultural que las sociedades han construido a partir de la diferencia biológica entre los sexos. El género señala el deber ser de un hombre o una mujer en determinado contexto, y esto ha, históricamente, significado una diferencia inequitativa en tanto a roles y responsabilidades (“las mujeres son mejores para cuidar”), en tanto a control de recursos y toma de decisiones (“los hombres son mejores líderes”), o en tanto a qué se permite vivir o no (“los hombres no lloran”, “las mujeres son muy sensibles”). Al tratarse de una construcción, el género puede pensarse, cuestionarse, y reconstruirse para reconocer la diversidad mientras busca la igualdad.
Ver: Igualdad de género
Pág.25 36 Pág.28
Son aquellas personas que sienten atracción hacia personas con sexo o identidad de género diferente a la propia.
Es el rechazo a las personas homosexuales, a aquellas que aman a quienes comparten su identidad de género. Su consecuencia directa es la discriminación, entre otras formas de violencia.
Son aquellas personas que sienten atracción hacia personas con el mismo sexo o la misma identidad de género.
Ver: Gay Lesbiana Pág.25
¿Recuerda alguna certeza muy profunda sobre su ser de la que no necesita prueba porque ella misma es testimonio suficiente? La identidad de género es la certeza interior de quiénes somos en términos de género. Cada persona lleva dentro el conocimiento de quién es, y eso incluye la pregunta por lo masculino y lo femenino. La identidad de género puede corresponderse con el sexo asignado al nacer (véase: Cisgénero) o puede no hacerlo (véase: Transgénero): en ambos casos profundizar en su descubrimiento, en su vivencia, y actuar según lo que enseña es una decisión individual.
Hablar de igualdad no implica eliminar las diferencias, ni borrar de un movimiento las diversidades: igualdad de género se refiere a la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, significa que sus responsabilidades y oportunidades no dependerán de su sexo o identidad de género. Que todas las mujeres y todos los hombres (tanto cis como trans) puedan aspirar al desarrollo pleno de sus capacidades sin que existan discriminaciones de ningún tipo.
En una sociedad diversa, los esfuerzos para crear condiciones que permitan a todas las personas vivir según su identidad y alcanzar el máximo potencial en la vida son una responsabilidad común a todos los actores. Sin embargo, no todos los actores tienen el mismo alcance ni la misma posibilidad de acción. Hay una responsabilidad mayor que asumen las instituciones y al proceso tras esos esfuerzos es a lo que nos referimos cuando hablamos de inclusión. Ajustes, programas, campañas, modificaciones estructurales, adaptaciones: todo aquello que haga falta para garantizar la igualdad de oportunidades y el disfrute pleno de los derechos humanos de todas las personas que componen la sociedad.
Una mujer que se siente atraída por otras mujeres.
Pues en los términos más evidentes la libertad de expresión y pensamiento es la libertad de decir y de pensar, pero, como todo lo obvio, tiene sutilezas.
Sólo se dice y piensa aquello sobre lo que se tiene información, sobre lo que ha podido conocerse; de ahí que la libertad de expresión y pensamiento abarque también el derecho a buscar, recibir, y difundir ideas de toda índole, en cualquier de las formas en que estas existan (textos, cuentos, anécdotas, obras de arte). Podríamos decir que se trata del derecho de nombrar el mundo y escuchar todas las formas en que el mundo ha sido nombrado.
Es la creencia de que los hombres son superiores a las mujeres, y por tanto tienen derecho a dominar sobre ellas. Su punto de partida es la exaltación de los valores asociados al hombre (cisgénero y heterosexual) que se resumen en la triada de hombría, virilidad y poder, y que encuentran su expresión en demostraciones de fuerza, en muchas ocasiones violentas. El despojo de lo diverso que el machismo ocasiona lo convierte en un problema complejo donde todas las personas (hombres incluidos) sufren por los estándares férreos que tercamente insiste en establecer sobre la mutabilidad del mundo.
Si aceptamos narrativamente la metáfora del cerebro como una computadora, podemos entender la neurodiversidad como la manifestación de diferencias entre los cerebros humanos, los cuales pueden agruparse entre neurotípicos y neurodivergentes. Llamaremos neurodivergencia a la variación en la configuración estándar del cableado y de los procesadores que se encargan de las tareas y la lectura del entorno. Entran dentro de esta categoría las personas que se encuentran en el espectro autista, que viven con dislexia, dispraxia, déficit de atención con hiperactividad, sinestesia y otras cuyas condiciones neurológicas hacen que vivan los procesos cognitivos y emocionales de otra manera, sin que haya ningún tipo de daño o anomalía cerebral. De la misma forma que no diríamos que un celular con un sistema operativo A “está enfermo” porque no tiene un sistema operativo B, la neurodivergencia no es una enfermedad. que no hagamos que no sea, por lo tanto, natural.
Si el deseo es una brújula la orientación sexual es el norte que en cada persona señala la dirección de su gozo, el magnetismo que define quienes le atraen sexual, afectiva o eróticamente. La orientación sexual define con quiénes decide una persona tener relaciones, formar pareja, o establecer vínculos relacionales.
Según la orientación sexual hablamos de asexuales, bisexuales, heterosexuales, homosexuales y pansexuales.
Una persona que puede sentirse atraída por cualquier otra persona sin importar su identidad de género.
Pertenecer no es sólo hacer parte de algo, es encontrar en ello un afincamiento profundo, una imagen que me representa, una idea que narra mi historia. En Colombia hay cuatro grupos étnicos reconocidos, cada uno de ellos con sus historias y sus raíces, son la población indígena; la gitana; la raizal del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; y la negra, mulata, afrocolombiana, afrodescendiente o palenquera de San Basilio. Usamos la expresión “Pertenencia étnica” para hablar de la identificación de las personas como integrantes de alguno de esos grupos.
En ecología la salud de un ecosistema depende de la variedad de especies que lo componen y la simbiosis posible entre todas ellas. En el universo de lo humano, esa conexión que multiplica el valor de los individuos la llamamos pluralismo. El pluralismo aparece manifiesto cuando se acepta y se reconoce esa multiplicidad de lo humano, cuidándola y garantizándola desde el respeto a las diferencias, la exigencia de la igualdad, y el rechazo a la discriminación. Sólo desde el pluralismo se puede entender lo diverso como una riqueza, y promover un entorno en donde cada quien pueda sumar desde su ser a la comunidad.
Camaleónico, metamorfoseante, líquido, plasmático, morfodanzante, múltiple, estrambotélico, superfragilístico… Para hacerle justicia a una definición de lo queer tendríamos que inventarnos palabras, porque como punto de partida se trata, justamente, de lo indefinible. Intentemos, sin embargo, afirmar que lo queer hace referencia a todo el prisma que se desprende más allá de lo heterosexual, lo cisgénero, y lo binario. Queer es el territorio de la quimera, del espejismo, del cambio y el flujo. Hace tiempo se usó despectivamente, ahora, como tantos otros insultos, se ha afirmado como palabra que reclama existencia de lo que quiere existir por fuera de cualquier molde o definición.
La raza es el grupo conformado por aquellas personas con quienes se comparten características físicas específicas claramente identificables. Pese a sugerir una idea de grupo, en la conversación sobre diversidad la raza es un criterio que puede aplicarse a una persona en solitario, y que aunque sirve como elemento diferenciador de pertenencia a determinadas minorías no necesariamente está acompañado de la vivencia de prácticas culturales específicas.
Ver: Etnia Pág.23
Consiste en cualquier teoría, doctrina, ideología o conjunto de ideas que enuncian un vínculo causal entre las características fenotípicas o genotípicas de individuos o grupos y sus rasgos intelectuales, culturales y de personalidad, incluido el falso concepto de la superioridad racial. El racismo da lugar a desigualdades raciales, así como a la noción de que las relaciones discriminatorias entre grupos están moral y científicamente justificadas.
Para hablar del sexo biológico miramos el cuerpo como vio la luz del mundo, con sus características genéticas, endocrinas y morfológicas, es decir con su juego de cromosomas, sus hormonas y sus genitales por defecto. Partiendo de esa observación al animal humano lo hemos categorizado en tres posibilidades: hombre, mujer e intersexual. Luego en la vida habrá personas que decidan que su sexo biológico se corresponde con su identidad de género (véase: Cisgénero) y habrá personas que decidan que no lo hace (véase: Transgénero), y entre estas últimas quienes decidan modificarlo para que lo haga, porque el cuerpo, como el mundo, a fin de cuentas, sigue siendo arcilla en nuestras manos.
Aquí el reto es recordar que la piel es el órgano más extenso del cuerpo humano, y que el tacto puede ser parte del diálogo con las personas que presentan deficiencias visuales y auditivas. La sordoceguera genera, en una sociedad no preparada para ella, serios problemas de comunicación, orientación, movilidad y acceso a la información. Puede presentarse de forma parcial o total.
¿Ha visto esas manchas que aparecen en el piso y que por más que se trapee a diario siguen estando ahí? ¿Le recuerdan a la mancha de sangre que el fantasma del cuento de Oscar Wilde pintaba cada noche y que a la mañana siguiente debía la criada volver a desmanchar? Los suelos pegajosos son esas tareas de cuidado del hogar que a diario deben emprenderse y que han sido tradicionalmente asignadas a las mujeres, pequeñas y múltiples, funcionan como un adhesivo que les impide moverse con libertad, que les quita tiempo que podrían dedicar a trabajos remunerados o al desarrollo profesional, que mengua la energía que podría invertirse en otra cosa más allá de la mancha en el piso, o la atención al mercado, o la lavada de loza, o…
Que una barrera sea invisible no significa que no exista, esto lo saben los mimos y las mujeres empresarias. El techo de cristal es el conjunto de normas no escritas que dentro de las organizaciones dificulta a las mujeres avanzar en la escala laboral. No es fácil identificarlas (de ahí su aparente transparencia) pero pueden ir desde predilección hacia los hombres por parte de quienes dictan los ascensos, como dificultades para liderar originadas en el desacato o incumplimiento por parte de subordinados (véase: Machismo). En algunos casos el techo de cristal se convierte en un factor de absoluto agotamiento.
El cuerpo nunca ha sido un material fijo. Lo modificamos, desde hace miles de años. Lo cubrimos de tinta, perforamos los lóbulos de las orejas, inventamos intrincadas formas de llevar la barba o el pelo. Ese cuerpo, que es materia dúctil, se modifica en lo transexual: hablamos de una persona transexual para referirnos a una persona transgénero que a través de tratamientos hormonales o intervenciones quirúrgicas decidió que su cuerpo (Véase: Sexo biológico) coincidiera con su identidad de género, acercándose a que la imagen del espejo sea la imagen del corazón.
Es la expresión del rechazo sistemático hacia las personas transgénero. Este rechazo puede aparecer en forma de actos verbales de violencia, actos de violencia física, y en gestos de discriminación que niegan la participación en un espacio o el derecho al espacio público.
Personas que sienten que la identidad de género asociada a su sexo biológico no es su hogar definitivo, y que por tanto deben mudarse de allí para poder habitar un género diferente donde puedan desarrollarse plenamente. Una mujer transgénero es aquella cuyo sexo biológico fue hombre, pero su vivencia del mundo es femenina. Un hombre transgénero es aquel cuyo sexo biológico fue mujer, pero su vivencia del mundo es masculina. En cualquiera de los casos puede o no llevarse a cabo la modificación del sexo biológico por medios quirúrgicos y hormonales.
Ver: Transexual
Pág.42
Persona que elige llevar como vestimenta prendas tradicionalmente asociadas a una identidad de género distinta a la suya. No debe confundirse con una persona transgénero, ni con una persona transexual. La decisión del travestismo no está afincada en un movimiento del sexo asignado al nacer, sus fines pueden ser artísticos, en el caso de lo drag, e incluir, aunque no necesariamente, cuestionamientos a las construcciones de género desde horizontes cosméticos.
Aunque los actos de violencia sea los mismos, hay una diferencia fundamental entre las distribuciones de poder y el motivo que desencadena el maltrato. Llamamos violencia basada en género a cualquier violencia, directa o sutil, ejercida por quien detenta el poder contra mujeres, población LGBTIQ, o cualquier persona si el acto violento está motivado por el sexo o la identidad de género de esta.
Tipo específico de violencia basada en género (véase: Violencia basada en género) cuya víctima sea una mujer. Abarca todos los tipos posibles de agresión (física, psicológica, económica) y puede ocurrir tanto en lo público como en lo privado. Merece una tipificación específica porque refuerza, a manera aleccionante, los roles tradicionales, obstaculizando la inclusión y la igualdad.
Fiscalizar las cuentas, arrebatar el salario, restringir el derecho a tener o manejar plata, dejar por fuera de la casa, confiscar las cosas de la otra persona, amenazar con echar a la calle: la violencia económica o patrimonial es aquella que aprovecha la situación de poder desigual entre dos personas para que una de ellas atente contra los derechos económicos de la otra y profundice así las condiciones de desigualdad.
Golpe, empujón, estrujón, palmada, pellizco, puño, patada, arrojar un salero, agarrar con fuerza, torcer el brazo, atacar con el palo de una escoba, sacudir con fuerza, rociar con ácido, pegar, pegar, pegar: la definición de violencia física es explícita: cualquier acto de agresión que mediante la fuerza ocasione daños corporales, visibles o no, a otra persona. Además del impacto y las consecuencias evidentes el miedo y el daño psicológico suelen acompañar los episodios.
No sólo el cuerpo recibe las afrentas de quien decide herir. La mente, cuyas cicatrices son menos evidentes, también puede lastimarse. La violencia psicológica son todas aquellas acciones que tienen por objetivo lastimar donde no puede verse, causando que la víctima se sienta inferior, asustada, y que su desarrollo personal se afecte negativamente. Quebrar la salud mental con insultos, gestos que degradan, comportamientos y decisiones que afectan la integridad moral de la otra persona: todo esto es violencia psicológica, y en ocasiones, porque no hay marca física evidente, es más difícil acompañar a quien revela lo que ha atravesado.
Cualquier tipo de acto o comportamiento sexual en el que no haya un consentimiento libre y entusiasta de todas las personas involucradas. Para que exista un consentimiento con estas características la relación debe darse en escenarios de igualdad, donde no haya coacción física, psicológica o económica, ni ningún tipo de presión que limite la voluntad de alguna de las personas involucradas. Por definición, no puede haber consentimiento dado por personas menores de 14 años, por tanto todo comportamiento sexual en ese escenario se considera violencia sexual.
En su raíz lingüística la xenofobia sería el miedo al extranjero. Las raíces griegas que la componen señalan temor, rechazo, desconfianza hacia quien viene de fuera, hacia quien no ha nacido y vivido en el lugar al que pertenece quien le teme. En la contemporaneidad, la xenofobia señala no a todo tipo de visitante, sino en particular a quienes llegan cargando su necesidad: migrantes, refugiados, solicitantes de asilo. Otra posible lectura del origen griego de la palabra sería el miedo a quienes vienen del otro lado de la muralla. En ese sentido, pensar un mundo sin muros sería una gran forma de plantearnos la superación de la xenofobia.
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